Quebrada del Rio de las Conchas
Ubicada en la provincia de Salta, ésta quebrada regala a sus visitantes uno de los paisajes más espectaculares del norte argentino.
La provincia de Salta tiene innumerables lugares para visitar, Cachi, las Salinas Grandes o el Tren de las Nubes, lugares que gozan de buena prensa y seguramente has escuchado, es por eso que hoy te queremos contar de otro lugar, la Quebrada del Rio de las Conchas.
Si estas sentado al volante o haciendo dedo por el norte argentino te proponemos hacerte una escapada a este magnífico lugar (también conocido como la “Quebrada de Cafayate”), realizando una suerte de travesía. Nuestro lugar de partida será Cafayate de allí recorreremos 75 kilómetros por la Ruta Nacional 65 hasta llegar al destino final, la reserva natural de la Quebrada del Rio de las Conchas. Como siempre, te recomendamos contratar un guía si no te sentís seguro para realizar este viajecito que nos demandará todo el día.
En 1995, con el objetivo cuidar y proteger esta formación geológica y el yacimiento paleontológico ubicado en la zona, el gobierno provincial decretó la creación esta reserva donde impera la belleza paisajística producto de sus formaciones rocosas de color rojizas y se destacan geoformas de gran variedad. Además, como ya hemos dicho, este lugar es considerado un reservorio arqueológico, allí se encontraron innumerables restos fósiles, sobre todo de peces que quedaron cuando el mar inundaba el suelo salteño.
Saliendo de Cafayate, después de recorrer unos 5 kilómetros por la RN 65, podemos desviarnos por un camino de ripio hacia “Los Médanos”, un lugar de arenas blancas, pequeñas montañas de arena que enmarcan el tibio paisaje, y que alcanzan alturas de 25 a 30 metros.
Al poco tiempo de retomar el viaje por la RN 65, podemos desviarnos hacia «Los Colorados» (17 kilómetros Cafayate) y encontrarnos con un espectacular paisaje producto de la erosión hídrica que ha formado un imponente cañadón con paredes de arenisca roja y que puede ser recorrido a pie.
A lo largo del viaje hasta nuestro destino final, seguiremos topándonos con imponentes monumentos naturales, «Los Castillos» (19 Km), «Las Ventanas» (20 Km), el «El Obelisco” (22 Km), la «Quebrada a Paranilla» (25 Km), «Los Estratos» (28 Km), la «Casa de Loros» (Km 33) y otras tantas maravillas geológicas, como el «El Sapo» (34 Km).
Llegando a nuestro destino nos encontraremos con el Mirador Tres Cruces, un lugar donde tomaremos una real dimensión de la magnitud de la quebrada que unos kilómetros más adelante nos abrirá sus puertas con «El Anfiteatro», una formación rocosa producto del desgaste hídrico. Este capricho de la naturales creó una gran hendidura un una de sus laderas creando uno de los iconos de la reserva y que posee una acústica natural muy especial.
Una vez que abandonamos el «El Anfiteatro», encontraremos «La Garganta del Diablo», otra geoforma producto de los cambios bruscos de clima de hace 100 millones de años y que han dejado paredes con una vertiginosa inclinación.
Más adelante aparecen dos iconos de este recorrido. El cerro “El Zorrito”, famoso por su belleza y por las mil leyendas que existen. Una de ellas cuenta que en la cima hay un tesoro que consiste en tres carretas de escudos de plata y un cargamento de oro.
Luego escuchar las leyendas del Zorrito, nos encontraremos con la quebrada de “La Yesera” donde capas claras y verdosas, intercaladas con restos fósiles magníficamente preservados, nos maravillaran. Según los guías locales, estas capas datan de hace 13 millones de años atrás, cuando tuvo lugar el último ingreso del mar en el interior del continente.
El final del recorrido será en “Alemania”, un hermoso pueblo fundado en la década del 40 con la llegada del ferrocarril. Desde allí se puede ver el cerro Quitilipi, un enorme planchón fallado de rocas que forman parte de la Formación Yacoraite, de la cual hablaremos en otro apartado.
Como verás este recorrido es intenso, pero se puede realizar en un día si se comienza bien temprano. Si te agarra la noche, en “Alemania” encontraras albergue, rustico pero de calidad. Los lugareños son muy amables y atentos con el visitante, eso sí, alguna artesanía tendrás que llevarte. ¿Vamos?
Nota realizada por Leonardo Leveroni