Llegaron las aerolíneas low cost a la Argentina, y los viajeros-dependientes nos estamos frotando las manos: ahora sí nos podemos dar el lujo de viajar en avión costeando un boleto más barato. Pero sobre todo darnos el placer de hacerlo en modalidad express.

Si bien desconocía cómo iba a ser mi experiencia “low cost”, decidí no escuchar las
opiniones ajenas y concentrarme en el dilema más importante: ¿qué ciudad podría recorrer
en un fin de semana?

Después de varias idas y vueltas con quien iba a ser mi compañera de viaje, optamos por
Bariloche. Una vez decidido el destino y ya con el pasaje en mano, llegó la pregunta del
millón: ¿cómo explotar al máximo un fin de semana en Bariloche? Y ¿Que sumar y que
dejar de lado en un finde express?

Para responder a esa pregunta, les armé una mini guía contándoles mi experiencia:

Aventura barilochense – Día 1

Llegamos a la ciudad cerca de las 18 hs. Nos hospedamos en Green House Hostel, el cual
está a 10 minutos del centro, con el lago Nahuel Huapi en frente a nuestros ojos. Realmente se respiraba una paz inexplicable y la vista no tenía precio, por eso priorizamos esta opción.

.Chocolaterías.
Al estar “recién llegadas”, no podía faltar el circuito de las chocolaterías. No les voy a
mentir: los precios no eran para nada económicos, pero en el hostel nos brindaron un mapa que al mostrarlo nos daban un 15% OFF. Por ende, aprovechamos para degustar y hacer algunas compras.

.Birrería.
Otro de los infaltables sin dudas. Bajo la recomendación de los chicos del Hostel, nos
dirigimos a Santino: un bar al que concurren más locales que turistas. Si bien tenía poca
variedad en el menú, nos super gustó la comida y la experiencia de estar muy alejado de lo
turístico.

Aventura barilochense – Día 2 (completo)

Le habíamos puesto todas las fichas a este día, y siendo el único que íbamos a poder
aprovechar al 100%, nos resultó difícil decidir qué excursión hacer. Hay muchas opciones, y
en nuestro caso estábamos entre: Isla Victoria y Ruta de los 7 lagos.

Terminamos optando por la segunda opción y contratándola por un precio bastante
razonable y en cuotas. Nos pasaron a buscar 7:45 am y con el equipo de mate, un café take away, auriculares y un libro, estábamos listas para partir. Si bien el clima no nos acompañó en la primer media hora, apenas cruzamos Dina Huapi e ingresamos a Neuquén, el cielo decidió acompañarnos y fue la clave del viaje. (El porqué se
los cuento más adelante)

Recorriendo el Parque Nacional Nahuel Huapi, que inicia en Bariloche, realizamos la primer
parada en Villa La Angostura: la ciudad de las casitas de madera y piedra. Sinceramente
fue una parada un poco escueta. Si bien no hay mucho por conocer en Villa La Angostura,
con 15 minutos de parada, nos quedamos con gusto a poco.

Dejamos la villa para adentrarnos en el maravilloso “Camino de los 7 lagos”, pasando por: Correntoso, Espejo, Escondido, Villarino, Falkner, Machónico para terminar en el Lacar y arribar en San Martín de Los Andes.

Acá está la prueba del por qué fue CLAVE que el clima nos haya acompañado. Tal y como
se ilustra en la foto, el contraste de las nubes y el sol sobre el lago enfatizaba todavía más
el efecto “espejo”. Es por esta simple razón que el mismo se convirtió en mi favorito.

Seguimos recorriendo el camino de los 7 lagos, parando en cada uno de ellos hasta llegar a
San Martín de los Andes. En este caso, el chofer nos llevó a un mirador en el que podíamos
apreciar toda la ciudad y su contraste con el lago. Fue un punto panorámico espectacular.
Si bien hay que atravesar un camino de varios km de tierra, si tienen la posibilidad de pasar, no lo duden!

Ya en la city de los Andes, nos recomendaron varias opciones de restaurants. Optamos por
uno de fachada de madera y piedra, con la vista al lago y en el que se podían degustar
platos típicos, con precios razonables. Sin dudas, elegí la trucha. Si sos amante del
pescado, no podes irte sin probarlo con sus diversas variedades de salsas!

Aventura barilochense – Día 3 (media día)

Finalmente sucedió lo que era inevitable: llegó la lluvia. Si bien nos resistimos a creerlo, y
salimos con el equipo de mate decididas a encaminarnos hacia el Lago Gutiérrez, el clima
nos ganó de mano.

Hicimos una parada rápida, en famosa chocolateria, para degustar de un chocolate caliente (en este caso con frutos rojos) y pensar en cómo re-organizar el último día. Por suerte, el clima se recompuso y pudimos recorrer el Centro Cívico, apreciar la hermosa vista al Lago Nahuel Huapi, visitar las ferias artesanales y aprovechar las tiendas locales para hacer las últimas compras.

A la hora del almuerzo, nos recomendaron el restaurant La Marca, el cual está ubicado a
unas cuadras de la calle principal. El mozo nos hizo degustar una salsa de hongos propios
de la región, que era tan genial que terminé pidiéndome unas pastas acompañadas por
ellos. Lugar súper recomendado: precios razonables, buena ambientación y excelente
atención.

Había que asumirlo: el fin de semana express había llegado a su fin. Así y todo, venía
acompañado de una gran reflexión: si bien creíamos que para aprovecharlo al 100% se
necesitaba de mucha planificación, aprendimos que la vida te sorprende y que a veces los
planes simplemente cambian y hay que saber dejarlos ir.

¿Y saben qué fue lo más lindo de eso? No tener un plan B, improvisar y dejarse llevar.
Porque no importa cuánto se pueda arruinar nuestro cronograma, lo que importa es cuántos kilómetros de ruta podemos sumarle a nuestro diario de viajes.

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