Antofagasta de la Sierra es una localidad situada en plena Puna catamarqueña. Acompáñanos en este recorrido a este paraje ubicado a casi 500 km de la capital provincial.

Uno de los lugares más impresionante y con más historia arqueológica en la provincia de Catamarca es Antofagasta de la Sierra. Salares, volcanes, campos de piedra pómez y lagunas son alguno de lugares que tendremos que sortear para llegar a este parte del altiplano del Noroeste.

Llegar a esta pequeña ciudad no es fácil, si tomamos como referencia la capital provincial, San Fernando del Valle de Catamarca, habrá que recorrer aproximadamente 550 kilómetros, desde allí tomaremos la Ruta Provincial 38 hasta la localidad de Chumbicha y empalmaremos con la Ruta Nacional 60 para luego de 120 kilómetros tomar la Ruta Nacional 40 hasta toparnos con la Ruta Provincial 43 la cual debemos tomar para llegar a destino, antes hacemos una parada en el “Puerto Viejo”, un lugar espectacular para tomar fotografías, si lo hacen se darán cuenta porque el nombre el lugar. Se los dejo de tarea.

El periplo por la RP 43 es, a nuestro humilde entender, lo más atractivo del camino hacía Antofagasta de la Sierra. El “Puerto Viejo” es la primera sorpresa, luego vendrá el puente que cruza el río Bolsón, allí el camino se vuelve de ripio por varios kilómetros, no hay que asustarse, se puede transitar sin sobresaltos. Mientras los transitamos nos toparemos con grandes formaciones rocosas que dan forma a la llamada Quebrada de Indalecio.

Siguiendo camino tenemos que estar atento a no distraernos demasiado con el paisaje, ya que en “Barranca Larga” será una de las últimas paradas para provisionarnos de agua y comida antes de llegar a la Puna, sin son de buen comer pregunten por lo de “Pirucha”, los mejores sándwiches de la zona.

Al salir de “Barranca Larga” y retomar la ruta el paisaje cambia drásticamente y el camino comienza a empinarse, ese es el inicio de la “Cuesta de Randolfo”, una camino rodeado de arena y curvas sumamente pronunciadas, por lo que te recomendamos precaución. Desde la comodidad de tu auto verás cientos de postales para fotografiar, lo que te invitamos que hagas pero desde el auto, más aun si es pleno verano. El calor, el viento y la arena pueden tornar algo incomoda la sesión de fotografía.

Las Llamas y vicuñas comienzan aparecer una vez superado el tramo más hostil del camino. Los tonos de grises, rojizos y dorados empiezan adueñarse de la escena dando la pauta que estamos en “Pasto Ventura”. A lo lejos algunas montañas muestran sus picos nevados, invitándonos tal vez a olvidar un poco el viento caliente que acaricia nuestras caras a pesar de los 4000 mil metros de altura, el punto más alto de esta travesía.

“El Peñón” es el pueblo vecino de “Pasto Ventura”, distante uno 45 minutos. Aquí, en medio de la Puna, se puede dormir y comer en la Hostería y descansar unas horas antes de llegar a Antofagasta. También se puede aprovechar para conocer el campo de Piedra Pómez, un paseo que se debe hacer con los guías locales a bordo de vehículos 4×4, no intenten hacerlo solos con sus autos, la van a pasar mal. Y si tienen un vehículo todo terreno, hagan el paseo con un guía. El lugar es hermoso, vale la pena, pero es sumamente importante que se haga en vehículos preparados para tal fin y acompañados. No es chiste quedarse varados en un lugar así.

Una vez atrás “El Peñon”, comienza último tramo del viaje. Esta parte del camino invita a parar en varios lugares, en todo ellos seguramente habrá que lidiar con el intenso viento. El mirador, el campo de lava y las vistas a los volcanes Antofagasta y Alumbrera, son algunos de los lugares que hay para disfrutar de tamaño paisaje, el más bellos de todos (a nuestro humilde entender) está al pie de los volcanes, donde está la Laguna Antofagasta, allí podrán ver los flamencos rosados si es que llegan en la temporada.

Al dejar los volcanes y sus lagunas, una curiosa formación de piedra bautizada como “El Torreón” nos dará la bienvenida a Antofagasta de la Sierra, la última parada de nuestra travesía. Este monumento natural es uno de los símbolos que distinguen a esta ciudad enclavada en plena Puna catamarqueña, estamos a 3000 metros sobre el nivel del mar, aquí en verano las temperatura oscilan entre los 33º y 19º grados y en invierno la máxima no llega a superar los 21 grados alcanzando una mínima de 1 grado.

Esta pintoresca ciudad, que cuenta con una particular arquitectura con mayoría de casas hechas en piedra, será el punto final de nuestra travesía, esto no quiere decir que tengamos que abandonarla enseguida. Dentro de Antofagasta hay varios lugares para visitar como el Muso del Hombre, el Museo Mineralógico o si preferís seguir de travesía podes visitar el Cerro La Cruz.

Sin temor a equivocarnos el camino hacia Antofagasta de la Sierra es uno de los recorridos más interesantes y entretenidos que hay en nuestro país, te invitamos a que los hagas y nos dejes tu comentario.

Nota realizada por Leonardo Leveroni