Tandil, una buena salida

Después de una largo y duro encierro surgió la idea de volver a tomar el volante y salir a recorrer las rutas. El primer destino las sierras tandilenses.

En tiempo de pandemia, es inevitable que el temor boicotee cualquier proyecto, el destino a elegir tenía cumplir algunos requisitos: ser seguro, a pocos kilómetros, y que sea un lugar capaz de brindar un verdadero descanso a mis ojos ya cansados de ver el horizonte urbano por la ventana.

La respuesta a estas pretensiones vino de la mano de Ruteros Argentinos, a quienes acudí en consulta para resolver mi enigma, sin dudar propusieron Tandil y hasta allí fuimos.

Después de recorrer los pocos más de 350 kilómetros que separa la Ciudad de Tandil del Obelisco porteño por la Ruta 3, no tarde mucho en sorprenderme. Decorado por unas tímidas nubes blancas, el celeste intenso del cielo encuadraba la belleza de las sierras tandilenses que poco a poco iban asomando en el horizonte, decorando el último trayecto del viaje por la RP 30; literalmente una caricia a los ojos, a modo de broma decimos que encontramos el fondo de pantalla del viejo sistema operativo de la ventanita.

El “refugio”

Llegamos a nuestra base durante la estadía en Tandil, “Refugio del Valle”, un lugar fuera de lo común ubicado en las afueras de la ciudad. El predio de poco más de 200 mil metros cuadrados está rodeado de un paisaje serrano bellísimo, el nivel de detalle en el cuidado ambiental en combinación con las comodidades que ofrece es para destacar. Ciervos, Llamas, Burros, Pavos Reales y otra veintena de animales rescatados acompañan la experiencia del visitante que tranquilamente podría pasar toda su estadía en este lugar; pero no, son los propios dueños los que animan a sus huéspedes a recorrer la zona.

Charlando con el dueño del lugar, Alfonso, me voy dando cuenta que la “escapada” será demasiado corta para conocer todo. Es claro que tres días no van a ser suficiente para conocer todo lo que hay para conocer. Entonces, recordando los que digo siempre, recurro a un especialista, un guía.  

Descanso y picada mediante en “El Boliche de Noli”, nos vamos a buscar a un guía amigo de la ciudad, Jonhy Ciao.

Cuatro Esquinas

Antes de encontrarnos, y para aprovechar nuestra estancia, Jonhy nos sugiere visitar el almacén “Cuatro Esquinas”. Una sugerencia sumamente acertada.

La hospitalidad en Tandil es moneda corriente, y Romina Somi fue una de las primeras en hacer notar ese espíritu tandilense, ella es la dueña y quien atiende el almacén que fundo su padre varias décadas atrás. Cuatro equinas tiene la particularidad de ser productor de quesos y dulce de leche a base de leche pura de ovejas, es decir el lugar cuenta con un tambo detrás del almacén, y aún más atrás pastean los más de 50 animales que tiene.

No soy crítico gastronómico, pero puedo decir que me gusta comer bien y en “Cuatro Esquinas” se come de maravilla, si vas, te recomiendo ir un domingo y probar también sus asados de campos. Pero hay dos cosas que a mí me volaron la cabeza, el “queso halloumi” y el “humus de yogurt”, una creación exquisita de una de las nietas del fundador, no te vayas sin darle un bocado.

Al agua

Uno de los distintivos de Tandil es el Dique del Fuerte que le dio origen al lago del Fuerte, hasta allí nos fuimos para encontrarnos finalmente con Jonhy quien antes de adentrarnos en la ciudad, y aprovechando que era tempranito, nos invitó a visitar Náutico Kayaks.

Si bien quien les escribe siente cierto reparo a la navegación, la calma y la paciencia de Diego Sollazo (uno de los dueños del lugar), sirvió para que mis temores se tomen un respiro para subir y conocer, junto a mis compañeros de viaje, las aguas del lago decorado especialmente para las navidades.

Para hacer estos paseos no es necesario tener conocimientos en la materia, si bien hay Kayaks para los que gusten del remo, también está la opción de los botecitos a pedal. Sea cual sea lo que hayas elegido, recorrer el lago esta bueno; ir hasta el murallón del dique es una experiencia agradable, y si tenes la suerte de ver como las aves “acorralan” a los pejerreyes contra la pared, algo muy común en estas aguas, verás un espectáculo único.

Un poco de historia local

Dejamos atrás el Lago del Fuerte y Jonhy nos propone un recorrido histórico y aventurero por Tandil, propuesta interesante por sus condimentos, así que encaramos hacia el “Museo Tradicionalista Fuerte Independencia”.

Particularmente, las visitas a los museos suelen ser una activad que disfruto por las “sorpresas” que suelo encontrarme en estos lugares. Aquí no hubo excepción, cada rincón del museo vale la pena, es una manera muy entretenida y didáctica de conocer cómo se desarrolló y creció Argentina más allá de la Ciudad de Buenos Aires. Con franqueza les digo que no esperen al día de lluvia para conocerlo.

Más abajo te dejo un vínculo para que tengas más detalles del lugar que Jonhy conoce de principio a fin.

Sierra del Tigre

Luego de almorzar en “Al ver veras”, una de las mejores parrillas de Tandil, nuestro guía nos invitó a conocer la reserva del “Sierra del Tigre” en compañía de uno de los grandes personajes de la zona, el señor Gabriel, dueño de una treintena de caballos y de una gran voz.

Todas las semanas Gabriel organiza y acompaña una cabalgata por la “Reserva de la Sierra del Tigre”, paseo que permite descubrir toda la geografía tandilense en su máximo esplendor. En cada rincón, en cada lomada, en cada animal que te cruces las palabras de Jinete guía están ahí para contar y enseñarte todo lo que está al alcance de la vista.

Si no tenés experiencia montando a caballo, no te hagas problema, al ser grupos reducidos Gabriel sabrá enseñarte y acompañarte con el animal indicado.

En el cierre del paseo, con el sol encondiéndose entre las sierras, nuestro anfitrión nos invita unas empañadas y vinos tinto. La fogata encendida en el centro de la escena da el marco perfecto a las notas que Gabriel entona con su guitarra y su vos, cierto aire de emoción invade el lugar con cada estrofa que sigue a las historias que relata nuestro nuevo amigo.

Como dije unas líneas más arriba, queda más que claro que Tandil no es para recorrer en dos o en tres días, si decidís escaparte a estas latitudes hay que pensar en al menos 5 días con sus lunas. Quedaron muchas cosas por recorrer y conocer; la vieja cantera donde estaba aplazada la famosa piedra movediza tandilense, la caminata al Monumento a Don Quijote de la Mancha, trepar algunos de los muros del Valle del Picapedrero. Habrá que volver, seguro volvemos.

Datos útiles

– Refugio del Valle – refugiodelvalle.com.ar – Tel: 249-4496533

– Guía en Tandil:  Jonhy Ciao – Tel: 249- 4641108 – IG : @johnnyciao1661

– Cuatro esquinas – Tel: 249-4379070 – FB: /almacen4esquinas

– Cabalgata –  Gabriel Barleta – Tel: 249-4427725/154509609

– Canotaje del Náutico Kayaks – Tel: 249-4323084 – IG: @delnauticokayak

– El Boliche de Noli – Tel: 249 15-462-8178

– Parrilla Al Ver Verás – Tel: 249 442-4877

Restaurant La Rueda – Tel: 249-4424478

Museo Tradicionalista Fuerte Independencia – Tel: 2494-435573

– Secretaria de Turismo de Tandil: www.turismo.tandil.gov.ar – IG: @turismo_tandil

Tel 2494513255 / Email: Turismo@tandil.gov.ar

Nota realizada por Leonardo Leveroni